Los jóvenes europeos están menos fogosos. Cada vez más van perdiendo el apetito sexual debido al miedo a no cumplir con las expectativas creadas por los ideales de belleza y a problemas con la producción de testosterona.
A esta conclusión llegaron los expertos participantes en el Noveno Congreso de Medicina Sexual de Viena, quienes pusieron la alarma, pues “cada perturbación (de la sexualidad) tiene consecuencias dramáticas para la calidad de vida”, dijeron.
Respecto a la pérdida de testosterona, culparon al estilo de vida de actual, como la falta de ejercicio.